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martes, 29 de abril de 2014

Top 10 Horror Movies (1980s)


Absolutamente parcial y personal, aquí va mi lista de diez películas recomendables del género de terror pertenecientes a la mágica década de los ochenta, en un artículo incluido en el número 2 de la revista De-Social Fanzine; entre ellas sobresalen dos directores que  podrían ser incluidos en otra lista sobre los mejores filmmakers de la historia del cine: los geniales Stanley Kubrick y John Carpenter.


A ser posible, leer el texto con la gloriosa "Soul on Fire".

miércoles, 31 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (VI)





En un día como hoy es siempre obligatorio recordar “Halloween”, la obra maestra de John Carpenter, una brillante película plagada de excelentes detalles, un magnífico uso del punto de vista y una sugerente y elegante forma de narrar. Y, siguiendo con el director de la mítica “1997: Rescate Nueva York”, vamos a ampliar el espectro y comentar brevemente varias obras del gran Carpenter, cerrando así nuestra miniserie sobre recomendaciones cinéfilas.



HALLOWEEN (1978). Ya hemos hablado varias veces en el blog de esta grandiosa obra. Recordar, una vez más, el genial prólogo, rodado en un plano secuencia que homenajea al que hizo Orson Welles en “Sed de mal”.



LA NIEBLA (1980). De nuevo con Jamie Lee Curtis, ya convertida en “reina del grito”, esta película contiene escenas realmente extraordinarias: el arranque en el que el viejo cuenta una historia de miedo alrededor del fuego, algunas que involucran a esa niebla siniestra que oculta algo terrorífico o ese final cortante… nunca mejor dicho.



LA COSA (1982). Una de las obras maestras indiscutibles del género: John Carpenter dirigiendo, Kurt Russell protagonizando y Ennio Morricone componiendo una banda sonora inolvidable, en una historia terrorífica de un puñado de hombres aislados en la nieve que se enfrenta a “un enigma de otro mundo”.



EN LA BOCA DEL MIEDO (1995). Una película que habitualmente suele pasar desapercibida en la obra de Carpenter y que, sin embargo, es una magnífica aproximación a la locura y a los mundos de H.P. Lovecraft, todo teñido de un barniz pesadillesco a lo que, sin duda, ayuda la inquietante interpretación de Sam Neill.



VAMPIROS (1998). Un western vampírico en el que el lado salvaje y canalla de Carpenter nos ofrece un combate chulesco y violento entre James Woods y los seres de los colmillos. Fantástica.




©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012


martes, 30 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (V)




(continuamos con la miniserie...)



DRÁCULA (Terence Fisher, 1957)

Sin duda la adaptación más fiel a la inmortal obra de Bram Stoker, el “Drácula” construido por Jimmy Sangster y Terence Fisher respeta y potencia varios de los pilares sobre los que se sustenta la novela original, desde la aparición mínima del personaje que da título a la historia —aunque su presencia se mantenga flotando en el ambiente desde el inquietante principio al eléctrico final— hasta la personificación heroica de un Van Helsing que se erige en la principal fuerza luminosa en tiempos oscuros.



Con rasgos que serían marca de la productora Hammer en sucesivas películas, como esa ambientación característica, la violencia sangrienta o el erotismo sugerido a través de estimulantes vampiras, esta película se distancia claramente de las adaptaciones previas de la novela, apostando por un producto más explícito y salvaje. Aun así, es también justo destacar la capacidad de sugerir a partir de imágenes de gran belleza, como esa puerta abierta que da al exterior de la habitación, tal vez una pequeña terraza, que se recorta en la noche, y en la que tememos la aparición inminente del conde Drácula dispuesto a saciar su sed nocturna.



Pero, desde luego, esta adaptación es sobre todo recordada por las brillantes interpretaciones de Peter Cushing como Van Helsing y Christopher Lee como Drácula, en papeles que repetirían años después en diferentes secuelas (por separado los encontramos en las también magníficas “Las novias de Drácula” y “Drácula, príncipe de las tinieblas”), el bien y el mal en un enfrentamiento continuo que se extendería a otras sagas dentro de la misma productora Hammer.



Finalmente, resaltar la habilidad narrativa de Terence Fisher, probablemente uno de los más grandes directores de género, capaz de dar en la década de los 50 y 60 una visión renovada de los clásicos mitos terroríficos de la Universal de los años 30 y 40, consciente de la necesidad de adaptarlos a los nuevos tiempos pero sin traicionar sus orígenes. Con varias obras maestras en su filmografía, “Drácula" se mantiene no sólo como una de las grandes películas de la Hammer, sino como uno de los grandes títulos del terror, y, como ya se apuntaba al principio, la mejor adaptación de la novela de Bram Stoker.



TO BE CONTINUED…

©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012


domingo, 28 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (IV)





Dentro de la miniserie planteada sobre películas para ver en Halloween, hemos tenido posibilidad de repasar hasta el momento aquellas que temáticamente se vinculan a casas con fantasmas, siendo los ejemplos planteados antagónicos pero, sin embargo, igualmente brillantes (“El resplandor” y “Al final de la escalera”); y también otras cuyo hilo temático se deriva de maldiciones que afectan a los protagonistas de las historias (“The ring”, versión japonesa).



THE DESCENT (Neil Marshall, 2004)



Abrimos hoy una nueva línea dentro del género de terror que sería la denominada survival movie, y aquí es justo destacar una de las más brillantes muestras que se han dado en los últimos años: “The descent”. Dirigida por el británico Neil Marshall, nos cuenta la historia de un grupo de mujeres que deciden un fin de semana dar rienda suelta a su pasión por la espeleología y explorar una recóndita cueva que no aparece en los mapas. No es difícil imaginar lo que a partir de aquí sucederá: lo que al principio son risas y alegría por la reunión de todas las amigas desembocará en un más que accidentado descenso a las profundidades de la tierra. Sin embargo, y aquí viene un elemento que sin duda eleva la historia sobre otras similares, la lucha del grupo de mujeres no se limitará a enfrentarse a traicioneras cuevas, estrechos túneles y rocas amenazadoras, sino que se verán obligadas a medir sus fuerzas con algo mucho más peligroso, inquietante y aterrador.



Es decir, “The descent” es una de esas películas donde cuando uno piensa que nada peor les puede suceder a las protagonistas… les sucede. Y eso, en este tipo de films, es absolutamente maravilloso, por cuanto sorprende audazmente al espectador y le arrastra hacia un nuevo tipo de historia que supera de manera inesperada sus expectativas.



Con un arranque salvaje, que ya marca a las claras el tipo de película que vamos a ver, y un final extrañamente poético y sobrecogedor, ésta es la segunda película de Marshall tras “Dog soldiers”, su incomprendida y brillante ópera prima (también una survival movie), que iba cargada de un humor sangriento y unos  hombres lobo recreados a la antigua usanza (sin el aséptico y distanciador CGI), encargados de hacer la vida imposible a un escuadrón militar perdido  en los bosques de Escocia.


TO BE CONTINUED...


  ©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012




sábado, 27 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (III)



(continuamos con nuestra miniserie...)




THE RING (Hideo Nakata, 1998)

Usando con habilidad una trama de maldiciones y recursos propios del imaginario oriental de fantasmas, Hideo Nakata, sorprendió con esta magnífica película, narrada con un clasicismo sorprendente, carente de bruscos golpes de efecto, apoyando el peso del metraje en la solidez de su historia y en uno de los finales más escalofriantes que se han podido ver en los últimos años.



Muy superior a sus posteriores secuelas y, desde luego, al innecesario y mediocre remake norteamericano, “The ring” se eleva sobre toda la corriente de terror japonés para convertirse en una de esas películas que dejan huella, que sobrecogen, que demuestran su talento a la hora de planificar sus secuencias (como ejemplo, sólo comparar cómo rueda Nakata el momento final y más sobrecogedor de la historia, con la sutilidad de los maestros, provocando que esa secuencia quede irremediablemente sellada en la memoria, y cómo lo hace Gore Verbinski en la versión estadounidense, de manera vulgar y completamente olvidable).



Y si hablamos de maldiciones, es inevitable recordar la magnífica y casi olvidada “La noche del demonio” (Jacques Tourneur, 1957), una película que guarda un cierto parecido con la historia que se desarrolla en “The ring”, en la cual seguimos a un Dana Andrews investigando la extraña muerte de un profesor en medio de una historia de brujería y sectas satánicas. Existen, al menos, dos montajes de este filme, siendo preferible la versión que nos reserva la presencia del monstruo para la escena final, aunque la que se ha comercializado en DVD es la que ya nos lo muestra desde la escena de arranque, cuando se produce el asesinato que desencadena la historia.



Volviendo a la película de Hideo Nakata, hay que decir que ganó los premios a mejor película y mejor director en la edición de 1999 del Festival de Sitges, destapando así en nuestro país una súbita atracción por el cine de terror japonés, en general con obras de inferior calidad, aunque el propio Nakata volvería a deleitarnos años después con la también magnífica “Dark water” (Hideo Nakata, 2002).



TO BE CONTINUED…

©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012

viernes, 26 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (II)




(continuamos con nuestra miniserie…)



AL FINAL DE LA ESCALERA (Peter Medak, 1980)

La vigencia de esta película se sostiene en tres pilares indiscutibles: la inteligente dosificación de la información que encontramos en el guión (ayudados aquí por un título en español más críptico y sugerente que el original), propia de una historia clásica de fantasmas como la que nos ocupa; la majestuosa dirección de Peter Medak, aquí en la obra más inspirada de su carrera; y en la sobriedad y humanidad que transmite George C. Scott, un actor extraordinariamente solvente tanto en el campo del drama como en el de la comedia, con una facilidad pasmosa para decir todo con una mirada o un gesto, ya sea de crispación o de empatía.



Por otro lado, siempre he pensado que “Al final de la escalera” tiene una de esas grandes escenas de arranque que te enganchan de manera fulminante para presenciar el resto de la película. Nos sobrecoge, sí, pero también nos hace caminar desde ese momento al lado del protagonista, siguiendo de manera fiel su sombra sin ningún tipo de fisuras. Emprendemos con el protagonista, pues, un viaje que, conforme va avanzando, se va haciendo más y más inquietante, para él y también para nosotros, que sentimos el miedo más cerca a medida que la verdad se va revelando (una verdad que, en cualquier caso, será difícil que sea más dura que la marcada por la escena del inicio). Así, esos golpes que retumban en la gran casa terminarán encontrando su macabra y reveladora explicación para George C. Scott, implicado en una historia que involucra elementos de carácter personal y que le conducirán a una verdad terrible que lleva demasiado tiempo oculta como para que su salida a la luz pública no deje de provocar un daño irremediable.



Que una película de este tipo cuente en su reparto con un actor clásico de la época dorada de Hollywood como Melvyn Douglas, que ha trabajado con directores como Lubitsch, Cukor o Wyler (por nombrar sólo tres)  es un acierto, por el componente perturbador y desconcertante de hallarnos ante un rostro inesperado pero certero, de alguien que en el último tramo de su carrera nos inquietó en varios films (recordemos, por ejemplo, “El Quimérico Inquilino”, de Polanski).



En definitiva, si “El resplandor” era una ruptura con lo anterior, una audaz y magistral incursión en terrenos no explorados, “Al final de la escalera” supone una apuesta mucho más clásica, que combina con acierto los elementos de los que se nutre para darnos también una excelente muestra de “película con casa de fantasmas”.



TO BE CONTINUED…

©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012


jueves, 25 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (I)




Se acerca Halloween, esa fecha del calendario destinada a que disfrutemos con inquietantes películas de terror que produzcan zozobra en nuestro interior y nos aproximen al acantilado de la locura… al menos lo suficientemente cerca como para sentir un estremecedor vértigo que desemboque en esa sensación ancestral y apasionante que es el miedo. Y con la excusa de esta fiesta importada, que cada vez tiene una mayor presencia en nuestra cultura, es momento ahora de recordar brevemente grandiosas películas que ha dado el género a lo largo de los años.



EL RESPLANDOR (Stanley Kubrick, 1980)

Dos maestros unidos por una misma historia, creativamente irreconciliables pero brillantes ambos, uno en el cine y otro en la literatura, Stanley Kubrick y Stephen King unían fuerzas (es un decir, porque King siempre ha renegado de la visión del cineasta neoyorquino, molesto tal vez por el hecho de que le mantuviera al margen del guión y la producción de la película, con un resultado final alejado de lo que el de Maine había imaginado) para crear una de las más espectaculares y originales obras de terror, a lo que no es ajena una de las interpretaciones más histriónicas y sublimes de la historia del cine, porque hablar de “El Resplandor” es hablar de un Jack Nicholson desquiciado, pegándose cabezazos con las esquinas de la locura, abriéndolas y riéndose abiertamente ante ella, humillándola y empequeñeciéndola, dejando a la platea entre sorprendida y aterrada. Nicholson juega fuerte con el beneplácito de Kubrick y entre ambos consiguen la hazaña de crear algo nuevo, algo nunca visto antes en una pantalla de cine, y es ver a la propia locura electrificando un cuerpo humano, agitándolo y moviéndolo como nunca hemos presenciado, diciendo cosas tremebundas que al mismo tiempo están plagadas de un extraño y enfermizo humor negro, algo que nos retrotrae al Kubrick de los inicios, donde también dejaba pinceladas de ese humor oscuro en obras maestras como “Senderos de Gloria” o “Teléfono Rojo”.



Y pocas veces se ha visto el espectador tan vulnerable como en los pasillos del Overlook Hotel, siguiendo al pequeño Danny en su recorrido inocente por una laberíntica estructura (que después se repetirá en el jardín exterior), con ese encuentro con las gemelas que ya forma parte del imaginario terrorífico de varias generaciones. Finalmente, no olvidemos a Shelley Duvall, una actriz que sin duda ha quedado marcada por su rostro de horror, de angustia, de impotencia por la terrible soledad en la que se encuentra, si poder recurrir a nadie cuando los problemas empiezan a rasgar la integridad de la familia.



Así, con un estilo limpio, simétrico, cerebral, majestuoso e innovador que Kubrick  pone al servicio de un guión elaborado por él mismo y la escritora Diane Johnson —y que va de la libertad y serenidad que sugieren los planos aéreos iniciales a la opresión e inquietud cada vez más asfixiante conforme nos vamos aproximando al final—, se da una nueva dimensión al término de "película con casa de fantasmas", creando una de las más sobrecogedoras muestras de cine de género jamás realizadas (y, por cierto, todavía no sé si Nicholson da más miedo en el film o en las fotografías de rodaje).



TO BE CONTINUED…

©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012