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miércoles, 21 de agosto de 2013

LA CÚPULA




Se anuncia ya en televisión la próxima emisión de La Cúpula, la serie basada en la novela mastodóntica (las más de mil páginas en su edición de bolsillo la hacen acreedora de tal adjetivo) de Stephen King con idéntico título. Ya emitida en Estados Unidos con éxito —una considerable campaña de publicidad y marketing ha puesto su granito de arena, todo hay que decirlo, como bien tuve tiempo de comprobar en mi reciente visita a Los Ángeles—, la serie se abre ahora paso en mercados como el nuestro, dispuesta a engullir audiencias con la misma voracidad. 


Por otro lado, la satisfacción del escritor norteamericano por la adaptación al formato televisivo de su criatura ha sido tal que el propio King será el encargado de escribir el primer capítulo de la segunda temporada. Y esto nos lleva a la paradoja de que, sin haber visto aún nada de la serie (pero sí leído la novela, de la cual hablaremos en otro momento), ya nos empiezan a llegar noticias sobre la nueva temporada que llegará el año que viene. Así venden sus series los americanos, con esa capacidad continua para que reluzcan sus productos (ya sean mejores o peores) en un mercado audiovisual que se crea bajo unos parámetros diferentes a los del resto de la humanidad.

Como si vivieran bajo una cúpula, vamos.



©José Luis Ordóñez (texto), agosto 2013

martes, 9 de abril de 2013

“La Cúpula”, de la página a la pantalla (de tv, no de cine)




Al parecer se está rodando la adaptación a formato televisivo de “La cúpula”, la mastodóntica novela de Stephen King: mil doscientas páginas que nos llevan al microcosmos de la ciudad de Chester’s Mill, un lugar cargado de tipos odiosos y héroes modestos. Así pues, este verano tendremos en imágenes lo que ya imaginamos los que hemos podido leer la obra. Bien, ¿qué decir de “La cúpula”? ¿Que, a pesar de su descomunal tamaño, es una obra francamente entretenida? ¿Que tiene un planteamiento y, sobre todo, una resolución brillante en lo que atañe a la (pseudo) explicación del fenómeno que desencadena la acción? ¿Que, además, cuenta con un narrador cuando menos curioso, capaz de alguna pirueta narrativa de lo más interesante?




Es curiosa la evolución de Stephen King a través de los ojos de la crítica: machacado sin piedad, redescubierto después con algunas obras de carácter aparentemente menor y, finalmente, llegados al momento presente, con dos facciones irreconciliables: los que consideran que lo que escribe está lejos de ser literatura y los que lo veneran como el gran maestro de la literatura de género.

No menos curioso es el camino que han seguido sus adaptaciones literarias a la gran (o pequeña) pantalla. Siendo muchas de ellas olvidables, es cierto que hay algunas joyas que a partir del sustrato literario han construido memorables películas, como “Carrie”, “El Resplandor”, “Cuenta conmigo” o “Cadena Perpetua”, sin olvidar las apreciables adaptaciones televisivas de “Salem’s Lot”.

Lo que nadie parece dudar es de la capacidad de fabulación del escritor norteamericano, prolífico como pocos, siempre más preocupado de lo que pasa en sus historias que de adornarlas de un estilo que satisfaga a sus más aguerridos críticos. En “La cúpula” parece dispuesto a satisfacer a ambos: unos y otros encontrarán motivos para apoyar sus teorías. Siendo una obra golosa para ser adaptada a televisión (por tamaño y número de personajes), creo que eso nos resta la posibilidad de encontrar la gran película que, creo, anida en sus páginas. Sospecho que King está mucho más interesado en hacer series de sus novelas que películas en las que pierda el control creativo. Sin embargo, ese no tiene por qué ser siempre el mejor camino.

            Kubrick lo sabía.





© José Luis Ordóñez (texto), abril 2013