sábado, 31 de octubre de 2015

Matar a quienes manejan la economía


He participado con una narración breve en "Matar a quienes manejan la economía", una antología de relato negro —quinta entrega de la saga iniciada por Ediciones Irreverentes— donde la temática gira alrededor de los poderosos, los que tienen esa suprema capacidad para determinar el destino de millones de personas. Y qué hacer con ellos, claro. O qué haríamos. Después de todo, somos escritores, disponemos de esa habilidad para crear mundos de ficción que reflejen en mayor o menor medida la realidad. Así que, bajo nuestro punto de vista, ¿tendríamos un mundo mejor si extirpamos quirúrgicamente a focos localizados de abuso y corrupción? Es, desde luego, una buena pregunta. ¿Han visto "Irrational Man", la más reciente y magnífica película de Woody Allen? El genio neoyorquino se hace la misma cuestión y la desarrolla hábilmente a lo largo de la proyección de su obra. En este volumen de género negro abordan una temática similar los veintitrés autores que la componen, cada uno con su estilo, su punto de vista. Es un lujo compartir criatura literaria con todos ellos, autores premiados y reconocidos, siempre con un ágil uso de la palabra y un ingenioso y afilado punto de vista. Espero que todos ustedes disfruten de su lectura. Eso sí, a día de hoy —Halloween de 2015 (y en Halloween, por supuesto, teníamos que compartir para disfrute de todos esta extraordinaria portada)—, no se ha confirmado aún que algún miembro de los que manejan la economía pueda participar en la gira de presentación del libro.



La idea de esta Antología nace al ver la corrupción absolutamente generalizada en el Estado español y en otros países occidentales y que los tres últimos directores gerentes del Fondo Monetario Internacional están investigados o procesados. En tiempos de una crisis terrible que golpea a millones de personas, el enriquecimiento de unos pocos a costa de la mayoría hace pensar en el fin de quienes manejan la economía mundial contra la totalidad y en beneficio propio. Esta antología, que se ha hecho con animus jocandi, y sin el más mínimo animus iniuriandi, animus doli o animus abutendi no pretende que se mate a nadie, porque sería delito, sino recrea posibles muertes literarias de los más poderosos. 

Y lo hacen con maestría los relatos de los españoles Javier Hernández Velázquez, Jose Luis Ordóñez, Elena Marqués, Francisco J. Segovia Ramos, Pedro de Paz, Julio Fernández Peláez, Pako Santos, Pablo Vázquez Pérez, David J. Skinner, Jesús Yébenes, Pedro Amoros, Juan Guerrero Sánchez, Olga Mínguez Pastor, Carmelo Anaya, Francisco Javier Illán Vivas, Julio G. Castillo, Marta Gómez Garrido, Daniel Aragonés, Miguel Ángel de Rus y Diego Gil López, los argentinos Guillermo Orsi y Fernando Veglia y el colombiano Gustavo Valcárcel Carroll. 

Los nombres de quienes mueren en esta Antología del relato negro V son muy conocidos: son ricos, poderosos, tienen secretaria, chofer, guardaespaldas. Incluso tienen doctorados cum laude. Los hay jefes de Estado y de Gobierno o directores de banco. Algunos son tan poderosos que pueden cambiar no sólo gobiernos desde la sombra, sino sistemas políticos. Y los medios de comunicación mundiales los llaman filántropos, en lugar de asesinos. Algunos de estos deleznables protagonistas han pasado unas semanas a la sombra antes de volver a la vida normal sin haber devuelto lo robado. Un día de furia lo tiene cualquiera, así lo demuestran los escritores, quienes no pretenden incitar a la violencia con sus relatos, sino llevar a meditar sobre las vidas posibles en la literatura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario