Cuando se acerca Halloween, época ideal para ver cine de terror, suelo hacer
alguna recomendación cinéfila: en más de una ocasión he escrito sobre consumados
clásicos, como las grandiosas “Halloween” (John Carpenter, 1978), “La cosa”
(John Carpenter, 1982) o “El resplandor” (Stanley Kubrick, 1980), por citar
solo tres obras brillantísimas que siempre merecen ser revisitadas.
Pero este año no es necesario acudir a la videoteca, ni siquiera a algunas
de las plataformas digitales que tenemos a nuestro alcance, porque mi
recomendación de Halloween 2017 está aún en las pantallas de cine, el lugar
natural para disfrutar como se debe (esto es, pasando miedo) una película de
terror: "Annabelle: Creation” (David F. Sandberg, 2017) se enmarca en el universo
generado por la magnífica “Expediente Warren: The Conjuring” (James Wan, 2013),
y nos narra el origen de la maléfica muñeca que ya aparecía en la película de James
Wan y cuyo primer spin-off fue “Annabelle” (John R. Leonetti, 2014). Sin ser un prodigio de originalidad, en “Annabelle: Creation” se utilizan
con acierto recursos clásicos del cine de terror: un magnífico uso de la profundidad
de campo, de la penumbra amenazante, del punto de vista y de, en general, una
notable habilidad para establecer de manera acertada el campo de juego. Así, conociendo la geografía de la casa de los personajes
interpretados por Anthony LaPaglia y Miranda Otto, familiarizados con sus
habitaciones, pasillos y rincones más oscuros, estamos preparados para creernos
esa amenaza latente que se mueve en las sombras.
Ya saben, si quieren ir al cine y desean disfrutar de una eficaz propuesta
de género en Halloween… Annabelle les espera con los brazos abiertos.