Desde ayer lunes y hasta mañana miércoles (19-21 diciembre 2016) la Editorial El Sendero tendrá sus libros a la venta en el MERCADILLO NAVIDEÑO EN NERVIÓN PLAZA (SEVILLA). Entre las obras disponibles, se encuentran "RELATOS en 35mm", antología relacionada con el CINE y ANDALUCÍA que he tenido el placer de coordinar y prologar, y "DE HUMANOS Y OTROS MONSTRUOS", que contiene tres obras de teatro premiadas y estrenadas. Les esperamos.
martes, 20 de diciembre de 2016
Mercadillo Navideño de Libros en Nervión Plaza 2016 (Sevilla)
viernes, 16 de diciembre de 2016
ROGUE ONE (Gareth Edwards, 2016)
Derivada tal vez de la poca
esperanza en que se saliese de los cauces previstos, después de asistir a la
proyección de “Rogue One”, el anunciado y publicitado spin-off de la saga “Star Wars”, tengo que decir que hay una palabra
que, sin duda, define mis sensaciones: sorpresa. ¿Quiere decir eso que estamos
ante una película original? No necesariamente, aunque sí hay factores originales (o inesperados) dentro del
universo galáctico transitado hasta el momento (los siete capítulos dedicados a
la familia Skywalker) que hacen que, por varios motivos, esta entrega dirigida
por Gareth Edwards destaque a varios niveles.
Temporalmente, “Rogue One” se
ubica justo antes de la original “La guerra de las galaxias” —o, como se
conoce desde hace cierto tiempo, “Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza”—
(George Lucas, 1977), y nos cuenta la historia del grupo de rebeldes que logra
hacerse con los planos que muestran el punto débil de la todopoderosa Estrella
de la Muerte, y que, como recordamos, caen finalmente en posesión de los
entrañables R2D2 y C3PO al comienzo de la película de los setenta. Esta hábil
propuesta argumental permite al menos dos cosas: por un lado, alejar el foco de
los Skywalker y, por otro, construir una trama más de género bélico con un
grupo de personas en una misión muy definida. Y lo que logra aquí Gareth
Edwards es una obra inesperada, entre otros aspectos por las pocas concesiones
hacia el público infantil, la fotografía oscura y apagada, y la sensación de estar
ante una pieza que funciona como perfecto binomio con “La guerra de las
galaxias”, por cuanto, de una manera orgánica y natural, finaliza justo donde
aquella empieza. Entretenida, con escenas espectaculares de combate, quizá algo
alargadas, sí, pero también contiene momentos magníficos que hacen que el
balance a la hora de valorarla sea positivo (podemos concluir, pues, que los
costosos reshoots del pasado verano
han dado su fruto).
Y ahora entramos en terreno de spoilers.
Quedan avisados.
Sorpresa era la palabra que elegía al principio del artículo, y es
aplicable por ejemplo a la ya mencionada fotografía tenebrosa de Greig Fraser
que envuelve en general todo el metraje, pero también a la magnífica banda
sonora de Michael Giacchino, inclusión de última hora ante la baja de Alexandre
Desplat, el compositor previsto, y que acompaña las imágenes de música original
y vibrante, con muy pocas referencias a los temas clásicos del maestro John Williams (que las hay, en los
momentos precisos), y además juega con el espectador, sugiriendo muchos de los cortes
originales para después tomar nuevas veredas.
Pero si hay algo que sorprende
sobre todas las cosas es el nada publicitado regreso de Grand Moff Tarkin,
personaje fundamental en la original “Star Wars” al que dio vida el mítico
actor británico Peter Cushing, popular por sus películas de terror con la productora
británica Hammer desde la década de los 50. Pero, recordemos, el señor Cushing
murió en 1994, deceso que no ha sido óbice para que reaparezca en “Rogue One”
en un papel secundario pero de peso gracias a las maravillas de la tecnología
CGI. Y ustedes se preguntarán, ¿es el resultado convincente? Sí, es
convincente… e inquietante al mismo tiempo, pero funciona, es verosímil en el
desarrollo de la historia y, de nuevo, encaja a la perfección con la interpretación
del Cushing real en la película del 77.
Estamos, pues, ante un
largometraje de guerra, de hombres (y mujeres, en este caso) que se unen para
llevar a cabo una misión, y es previsible que no todos ellos lleguen con vida
hasta el último fotograma; por eso, durante el proceso de formación del grupo,
uno va haciendo sus apuestas: ¿Sobrevivirá el samurai ciego? ¿Lo hará el
piloto? ¿Tal vez el rebelde al que da vida Diego Luna? Por supuesto, piensa
uno, la protagonista saldrá airosa de la aventura. Bien, pues aquí podríamos
recuperar esa antigua expresión de “no queda ni el apuntador”. Ni siquiera el simpático y nuevo robot que aparece como
fiel escudero de los protagonistas. No deja de asombrar ese admirable destino
oscuro para nuestro escuadrón de héroes, especialmente para una franquicia
adquirida por Disney, y de la que muchos temían una infantilización de sus propuestas.
Los últimos minutos de “Rogue
One” son especialmente brillantes. Después de casi dos horas de escaramuzas y
batallas entre rebeldes y soldados imperiales, tenemos por fin la primera
visión, casi demoníaca por su concepción, de un sable láser rojo que se
despliega amenazante ante sus enemigos. Se trata, claro, de Darth Vader, de
riguroso negro, con su mítico casco impoluto (aquí de nuevo recuperando la voz
y la respiración de James Earl Jones), ejerciendo su Fuerza del Lado Oscuro a
todos los niveles contra un pobre grupo de rebeldes que son masacrados. Poco
antes, los personajes a los que dan vida Felicity Jones y Diego Luna se abrazan
después de haber cumplido su misión y esperan resignados a ser devorados por la
furia de la Estrella de la Muerte, momento en el que la oscuridad predominante
durante el metraje desaparece en favor de una luminosidad que crece y crece
hasta convertir la pantalla en un blanco purificador que, sin embargo, aniquila
a nuestros protagonistas. Pero, regresando a la escena de Vader, poseído de una
fuerza infernal a la búsqueda de rescatar los planos en manos rebeldes, vemos
su devastador tránsito por la nave que ha abordado, para comprobar finalmente
que llega tarde, porque esos ansiados planos ya están en un nuevo vehículo
espacial que se aleja. En su interior, contemplamos cómo llegan a alguien que
nos recibe de espaldas pero que, inmediatamente, reconocemos por su vestimenta.
Es la princesa Leia, jovencísima
(de nuevo ese inquietante pero efectivo CGI que reconstruye la imagen de la
actriz Carrie Fisher), que los acoge con una palabra que cierra la película,
que ha movido a nuestros personajes durante dos horas y de la que, sin duda, muchos
carecían antes de entrar a la proyección de “Rogue One”.
Esperanza.
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viernes, 9 de diciembre de 2016
Los 100 de KIRK DOUGLAS
Kirk Douglas cumple hoy cien años. Cien. Ahí queda eso, demostrando su valía y vitalidad: ya lo había hecho en el ámbito
cinematográfico, donde merecidamente es desde hace tiempo una leyenda, pero ahora lo ha confirmado con esa férrea voluntad de
permanecer vivo, a pesar del inexorable paso de los años. Sigue en pie Doc
Holliday, con una elegancia insultante a pesar de su desaforada pasión por
el juego y la botella; también el honesto y ejemplar Coronel Dax; y, por supuesto, el mítico y rebelde Espartaco.
Douglas nos ha acompañado desde sus primeros clásicos (si no
la conocen, busquen la extraordinaria “Retorno al pasado” donde
interviene como secundario), sus maravillosos westerns, como “Duelo de
titanes”, “El último tren de Gun Hill” o “El día de los tramposos”, o las dos
obras maestras que hizo con Kubrick: “Espartaco” y “Senderos de Gloria”.
Supongo que queda claro que este blog no se llama “Senderos
de Ficción” por casualidad.
Un placer compartir estos años y películas, señor Douglas. Muchas y muy buenas.
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