sábado, 27 de octubre de 2012

PELÍCULAS para HALLOWEEN (III)



(continuamos con nuestra miniserie...)




THE RING (Hideo Nakata, 1998)

Usando con habilidad una trama de maldiciones y recursos propios del imaginario oriental de fantasmas, Hideo Nakata, sorprendió con esta magnífica película, narrada con un clasicismo sorprendente, carente de bruscos golpes de efecto, apoyando el peso del metraje en la solidez de su historia y en uno de los finales más escalofriantes que se han podido ver en los últimos años.



Muy superior a sus posteriores secuelas y, desde luego, al innecesario y mediocre remake norteamericano, “The ring” se eleva sobre toda la corriente de terror japonés para convertirse en una de esas películas que dejan huella, que sobrecogen, que demuestran su talento a la hora de planificar sus secuencias (como ejemplo, sólo comparar cómo rueda Nakata el momento final y más sobrecogedor de la historia, con la sutilidad de los maestros, provocando que esa secuencia quede irremediablemente sellada en la memoria, y cómo lo hace Gore Verbinski en la versión estadounidense, de manera vulgar y completamente olvidable).



Y si hablamos de maldiciones, es inevitable recordar la magnífica y casi olvidada “La noche del demonio” (Jacques Tourneur, 1957), una película que guarda un cierto parecido con la historia que se desarrolla en “The ring”, en la cual seguimos a un Dana Andrews investigando la extraña muerte de un profesor en medio de una historia de brujería y sectas satánicas. Existen, al menos, dos montajes de este filme, siendo preferible la versión que nos reserva la presencia del monstruo para la escena final, aunque la que se ha comercializado en DVD es la que ya nos lo muestra desde la escena de arranque, cuando se produce el asesinato que desencadena la historia.



Volviendo a la película de Hideo Nakata, hay que decir que ganó los premios a mejor película y mejor director en la edición de 1999 del Festival de Sitges, destapando así en nuestro país una súbita atracción por el cine de terror japonés, en general con obras de inferior calidad, aunque el propio Nakata volvería a deleitarnos años después con la también magnífica “Dark water” (Hideo Nakata, 2002).



TO BE CONTINUED…

©José Luis Ordóñez (texto), octubre 2012

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